Mente de cabeza

Eran las dos de la tarde y ya el peso del día estaba arruinando mi cuello. No podía pensar en otra cosa que llegar a casa, darme una ducha y dormir. Aún faltaba media jornada para irme así que me concentre en teclear lo último que quedaba del trabajo del día.     Carlos, te buscan en la oficina del jefe.- Sentí de repente una voz mientras tocaban mi hombro. Era Irene, la pasante de recursos humanos. Le di las gracias con una sonrisa mientras me levantaba casi de un brinco ¿De la oficina del jefe? Si era por la contabilidad de mes pasado, el retraso fue culpa de Ángel porque “las revisiones no cuadraban” por eso no debería preocuparme ¿Pero llamarme directo a la oficina? Allí me encontraba, saliendo de la oficina de contaduría con veinte cubículos y veinticinco personas concentradas en trabajar y actualizar los chismes del día, así que salí al pasillo, llamo al ascensor y subo al último piso ¿No había má s ego en eso? La puerta de la oficina del jefe era de un c

   Fría y húmeda es mi cama, Tan extensa que puedo vagar En ella Por meses, años o más. Veo las estrellas Y las nubes Siento como la brisa Caprichosa Me seduce. Mi cama es tan extensa, que las sabanas Ya tienen pueblos Ya es un mundo Asombroso, grande y profundo. De bajo de las sabanas y cobijas Hallaras tierra No la traje yo Tiene eones en ella.

Tras la grava, la arena y el agua del concreto No me puedo encontrar. Es tan alto, que ni el grito, De lo que puede llevar la brisa, Logra siquiera dar un intento. Desgaste mis zapatos y no tenia final; No hay puertas o ventas, Escaleras o taburetes no funcionan ya. Del otro lado, Feliz, Pleno tal vez, Daría todo, quisiera Por pasar a través Tan alto como un alfiler ¿Es posible algún día Del otro lado estar alguna vez? Tan grueso como el cabello es el concreto, Y mis patadas, puños, gritos y rasguños Desde mi cama, En la oscuridad, No logro destruir. Del otro lado, Siempre erguido me encuentro, Observándome, Con tristeza Pues De este lado, en el suelo Con la mirada perdida, Inmóvil, Pero anhelando Anhelando ser ese que mira Que no se da cuenta que pienso Deseando su vida Porque de este lado No me lo permita.