Animales salvajes
Tu mente flaquea solo al pensar en los centímetros de entre pierna que ya conoces de punta a cabo. Vuestra cintura alegre como cachorro no vacila en agitarse una vez más gracias a mi persona. Si bien podríamos cambiar la rutina soy amante de algunas rutinas. Como agitar de improvisto mi cuerpo para llenar cada rincón de tu útero. ¿Recuerdas como fluía tu intimidad por eso? ¿Se te hace agua a la boca en solo pensar en mis pequeños juegos? Primera ley, seria masajear indecentemente tu sexo. Amo tu cara de niña inocente. Aunque no lo eres… Ya no. Segunda ley, seria ver saciar tu sed de virilidad. ¿Acaso imaginas que es una paleta helada? Golosa… Tu mirada, tu piel, tus cabellos, tu boca… Estas hecha una fiera, y solo quieres consumir carne y placer. Te abalanzas sobre mí en aquella posición muy bien conocidas por nosotros; solo anhelando una sola cosa. Sujetas mi miembro y lo diriges hacia su tumba. Gustoso de hacer un recorrido a lo “Cirque du soleil”. Arrancamos