Entradas

Mostrando las entradas de marzo, 2014

Animales salvajes

Tu mente flaquea solo al pensar en los centímetros de entre pierna que ya conoces de punta a cabo. Vuestra cintura alegre como cachorro no vacila en agitarse una vez más gracias a mi persona. Si bien podríamos cambiar la rutina soy amante de algunas rutinas. Como agitar de improvisto mi cuerpo para llenar cada rincón de tu útero.  ¿Recuerdas como fluía tu intimidad por eso?  ¿Se te hace agua a la boca en solo pensar en mis pequeños juegos? Primera ley, seria masajear indecentemente tu sexo. Amo tu cara de niña inocente. Aunque no lo eres… Ya no.  Segunda ley, seria ver saciar tu sed de virilidad. ¿Acaso imaginas que es una paleta helada? Golosa… Tu mirada, tu piel, tus cabellos, tu boca… Estas hecha una fiera, y solo quieres consumir carne y placer. Te abalanzas sobre mí en aquella posición muy bien conocidas por nosotros; solo anhelando una sola cosa. Sujetas mi miembro y lo diriges hacia su tumba. Gustoso de hacer un recorrido a lo “Cirque du soleil”. Arrancamos

Dalia

Imagen
    Hermosa cual flor, tal vez su nombre no fue suficiente, creía que su vida solo era dolor e incomprensión; así fue por decisión de la vida y obra terrenal.      Sumergida, siempre a las 5pm en su bañera, se preparaba para aquellas noches de trabajo agobiante. Se decía todos los días que lo abandonaría y haría algo mejor, menos doloroso para el alma.      Bar, comida, alcohol y luego una cama ajena sustentaban sus deseos y economía.      Su madre, aunque presente, solo fue un fantasma el cual solo se dedicaba a atormentarla desde muy joven. Fue la menos de cinco hermanas, las cuales abandonaron el nido en su mejor oportunidad. Se consideraba una tonta por haber hecho lo contrario. Solo era joven e ingenua, no sabía lo que quería.      Después de un asqueroso día de trabajo, tomaba un taxi a su hogar, abría la puerta delantera, tiraba los tacones a un lado; entre llantos y gemidos de agonía se quedaba dormida en cuestión de minutos. Frágil, sensible, desahuciada…    

El bosque de los sueños

Imagen
-           ¿Pat?-.  Abrevie lentamente mientras suspiraba.     Es sorprendente cuando puedes observar cosas de maneras distintas; un sentimiento abrumador y fatiga de soledad son alguno de los síntomas. Poseo el pequeño hobby de observar silenciosamente a las personas que me rodean, imaginar y acertar lo que están pensando, que harán y como se comportaran en momentos  determinados de su vida. Esto conlleva también un pequeño don. Poder ver 30 minutos antes de la muerte de cualquier persona.     Bicho raro, anormal, freak y otros elocuentes pero faltos de carisma “insultos” que me otorgan en el colegio. La mayor duración en conversación que tuve con alguien hasta ahora, fueron con los matones mientras vociferaban amenazas para obligarme a hacer sus deberes.     Todo eso fue hasta el día que conocí a Pat, algo masculina, un poco turbia… fue amor a primera vista dirían algunos. Entablamos una gran amistad y nos ayudábamos a enfrentar a los matones. Era asombrosa.     A final

Pericias nocturnas III (Final)

Agitando tu melena y acompañada de una sonrisa pícara, descubrí que accediste nuevamente ¿Qué posee este humilde servidor que enloquece tu mente y tortura tú sexo? Me acerco lentamente a nuestro catre que vio ser reescrito el Kama Sutra.  Mordías tu labio inferior, tu mirada no se apartaba de mi torso ¿Qué es ese sonido? ¿La tetera? Nos dio igual… De rodillas, sumisa, no pronunciabas palabra alguna.  Nunca supe en que momento aprendiste a mover tan promiscuamente tu cuello y mano simultáneamente. Te limitabas a probar y degustar. Picara, niña. Te limitabas a mirar mis ojos y comer… Buen provecho. Jadeante, agotado pues mis músculos no paraban de tensarse, me derrotaste en mi juego. Por lo que veo tenías un as bajo la manga. Tragas fuertemente, me arrojas a la cama. Fiera ¿De dónde has sacado semejante fuerza? Imitando al arco del triunfo separaste tus piernas sobre el medio de mi ser. Bajando, bajando… dentro. Fue hoyo en uno en este pequeño terreno de mini golf. Tus manos