Queridos y amados escuchas


Damas, caballeros. Publico atento de la sección de atrás. Si, ustedes que solo esperan que el locutor del momento, o sea, mi persona, se equivoque y trastabille en ese monologo al que estoy habituado a realizar cada tres milenios. Tal vez más; todo depende de mis ganas de escucharlos. Pobres aquellos que piensen que mis actos son mera presa del destino. Claro, tampoco quiero aseverar que son meros actos del capricho; solo sé que soy dueño de mis propias accione y aquí la suerte o “mala leche” nada tiene que ver ¿Me siguen? Hoy vengo a realizar la misma déspota e ingenua paráfrasis de muchos antes de mí. Un ejemplo de ello lo menciono quien más si no Federico “Tener fe significa no querer saber la verdad.” o tal vez el “pana” Bolívar “Un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción” Quizás y si me atrevo a mencionarlo: Maquiavelo “Dios no quiere hacerlo todo, para no quitaros el libre albedrío y aquella parte de la gloria que os corresponde”.

Déjenme poneos en contexto queridos escuchas. La cuestión, si así se le puede llamar, es esta. Creer ciegamente en algo puede alejarnos de lo deseado. Confiar que algo va a suceder, ignorar los hechos y los errores, si así puedo entonar, no califica de ingenuos e insulsos ¿Es que acaso contribuir al propio logro es pagado con la pena capital?


No lo creo. Aquí es donde traigo más de lo mismo. ¡ACTUAR! ¡ACTUAR, SEÑORES! Que ni la gran muralla, las pirámides o los más grandes imperios surgieron por arte de magia o por causa de seres a los cuales no entendemos; si así lo crees, tienes cinco segundos para abandonar el auditorio. Cinco. Cuatro. Tres. Dos. Uno. Bueno, ya los indeseables se fueron. Les puedo asegurar que fueron más de los que vinieron a pagando por los puestos de enfrente que ustedes melancólicos y sin vida, duros y ácidos críticos intelectuales a los cuales critico pero muy en el fondo respeto, aunque esto me cause nausea admitir.

Ya, parando de tanto show. Solo quería acércame a usted. Que probablemente sea venezolano. Usted que tanto crítica y se queja, que ya está triste de tantos golpes en el pecho. Usted persona que no puede vivir sin maldecir y escupir a los cuatro vientos y sin contenerse que es lo que hay que hacer para solucionarlo todo. Supongo que así como hablas, piensas y planeas, actúas ¿Me equivoco? ¿Acaso eres como el típico “brabucón” y “tipo rudo” el cual se jacta de ser más fuerte y capas, pero al momento de la verdad solo inventa mil escusas y se esconde tres mil? “De lo único que hablamos todos es de nuestro propio síntoma” decía Lacan, y con esto me refiero que solo queremos que nos solucionen las cosas y ya ¿Qué dirían nuestros antepasados, no? Aquellos que si se veían ofendidos atacaban sin piedad solo para obtener la victoria, aquellos que si creían merecer algo solo iban a reclamarlo. Supongo que ya abran escuchado esto pero: Los conquistadores, indígenas y Bolívar deben estar bien arrechos.



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