En ocasiones siento que estoy solo, pero no.
Sentado en la esquina más oscura y silenciosa veo pasar amores,
pasiones, alegrías y tristezas cual autos de fórmula uno. Solo se detienen para
reparar u ocultar alguna falla para permitirles seguir en la fiesta llamada
vida.
Puede que no entienda porque muchas cosas tienen que llegar a su fin o
como algunas comienzan de la nada sin explicación alguna. Pero me limito a
observar como fiel espectador este teatro maquiavélico que como tan bello,
también puede ser horrendo y doloroso.
Sigo en mi silla contemplando siempre atento, sin miedo, sin rencores;
las cosas suceden y así será “por los siglos de los siglos” como dice aquella
frase religiosa. De nada vale aferrarse a lo malo pues obviamente nos hace daño…
es como un canario: hay que dejarlo ir por compasión de la pobre criatura, pues
libre y vagando por el mundo sin ser percibida no lastima a nadie, pero
reconocemos que existe y que en cualquier momento ya sea por casualidad puede
posarse en nuestros hombros.
Mi felicidad, siempre impune; veo lo mejor en las personas aunque no lo
posean (¿Qué puedo decir? Soy optimista) pues siempre hay que brindar el beneficio de la
duda, se sorprenderían cada día.
En mi rincón llego una andadera, luego se convirtió en zapatos
deportivos y me impuso a caminar y correr con emoción. Aunque por razones
siempre sabemos que en estas enseñanzas siempre caemos más de 3 veces, nos
volvemos a levantar para no caer más hasta una nueva enseñanza.
El amor llego, el rincón y la silla murieron con una sonrisa mientras
celebraban con una mueca poco alentadora que las abandone. Decidí llegar y
abandonar todo lo que había observado que no funcionaba en aquellas relaciones
que terminaban en un pestañear de colibrí. Orgullo hablo de ti y tus
compañeros.
Hoy puedo decir que no me arrepiento aunque el amor fue cruel conmigo
cuando solo di todo de mi…. Esfuerzo, sudor, pasión, alma y lujuria, pero sobre
todo a el mismo ¡MÁS AMOR!.
Solo
me queda decir que no estamos solos, ni nunca lo estaremos. Algunas cosas
comienzan y terminan, pueden durar para siempre o no. Existen dobles intentos,
triples cuádruples y así hasta llegar al millón o ser infinitesimales. Todo
final tiene un principio y nosotros mismo labramos si lo contrario a esto último
suceda o no.
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