Autodestrucción

Solo el aspirar tu aroma produce tentación; quizás fuego arda en mi interior.

Rizos castaños caen por el borde de tus hombros, cuello losado color canela, labios carnívoros y mirada de súcubo. Atributos respetables, pues naturalmente una belleza natural perdura a través del tiempo; posible eternidad infinita.

Espalda morena aterciopelada, caderas zigzagueantes; volumen y tensión reconfortante.  Piernas torneadas cual escultura en mármol. Solo veo perfección sin un gramo de tela.

Postrada en aquel nido de sabanas, pude admirar tu belleza mientras dormitabas entre tristezas y alegrías ¡BENDIGO MI IMSOMNIO! Me ha permitido contemplarte en tu estado más puro; te compararía con un ángel si no conociera tu maravilloso pasado conmigo, Dulzura.

Súcubo salido del edén. Tú has traído a mí el cielo y el infierno. ¿Pitonisa de Gomorra? ¿Hechicera de Sodoma?

 Cierto es la frase “En tu ser solo encuentro destrucción y placer”. Las maravillas de la nueva meca las has presentado frente a mis ojos vacíos y herejes. Supiste cual tecla tocar en este piano polvoriento, sucio. Algo marginal. Comprenderás que de ti no podré escapar tan fácil, por decisión propia. Dejare en claro que es mi propia elección y castigo.

Ira ciega, desamor autoflagelante, apego recesivo y otros síntomas de idiotez.

“Cada cual escoge lo que ha de convenirle” cierto es, este sería el caso. Vivo ejemplo de un masoquismo amoroso, un amor descompensado.  Oraciones hechas polvo, acciones hechas tinta que de mi piel no será borrada, aunque mi cuerpo se encuentre frio   y putrefacto. Más aun cuando pasen los albores del tiempo, serán el monumento a esto nuestro.


Mi autodestrucción y vuestro retoñar.

Arte: Roidley Navarro

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Monologo de Mr Hyde (Breve delirio, locura y amnesia: Parte 2.5)

La madrugada de la locura

Breve delirio, locura y amnesia ( Parte I )