Breve delirio, locura y amnesia ( Parte I )
Podría decir que fue una tarde oscura, con espesa niebla y un misterio sin resolver, con horrores y melancolías. Pues, no siempre es así... esta vez fue a plena luz de día, como esos días de playa en familia; jugábamos entre amigos y coqueteábamos con una chica.
-¡SHH!, ¿Acaso no ves que corres a las personas al decir esto?
-¿De qué hablas Mr. Hyde?
- . . . ¡Pues, no digas cosas tan obvias!
- Con buen temple siempre, ¿No?
Bueno, el 13 de febrero de 1968, cundo caminaba por el parque a las 4 de la tarde un día viernes, recorría un sendero que llevaba a un pequeño estanque; tenia en mi mano un libro llamado "El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde". En mi camino reconozco el banco en que siempre me posaba en las tardes como esa.
Observando cada detalle, cada persona, cada ave que se posaba sobre el estanque.
- ¿Es hora de un cigarrillo? - Refunfuñe -. Creo que si... - Proseguí -.
Por mi bolsillo deslizo una mano para obtener mi cajetilla de cigarrillos, busco luego en mi chaqueta mi encendedor - Debí imaginar que debía pasar algo porque tosí al encenderlo uno de mis viejos cigarrillos preferidos -. Mira al fondo y me observa un hombre, no tan alto, no tan fornido... pero si un poco espigado - ¿¡QUÉ!? -; siento que me ven con una codicia profunda, como si me conocieran desde hace mucho y me desearan algún mal.
- ¿Quien sera este hombre?. A lo lejos es cucho un grito.
No entendí nada.
Camina hacia mi lentamente, parpadeo y no le encuentro con la mirada - ¿Quien seria? -, me congele por un segundo y aspire un poco mi cigarrillo.
- Hola. - Tosí otra vez al no ver a nadie que pronunciara estas palabras -.
- ¿Hola? - Conteste -. Pero sigo pensando que hubiera sido mejor que fuera aguardado algo de silencio.
- ¡POR FIN!, ¡AL FIN ME ESCUCHAS, AMIGO MÍO!
No sabia que estaba pasando, no comprendí enseguida... no comprendí nunca lo que paso.
- ¿Es que acaso no me recuerdas?
- ¿Donde estas, quien eres?
- Tu amigo, el Sr. Hyde.
Es imposible, pues no conozco a nadie con ese nombre - Esperen -. Me llene de confusión y algo de valor para preguntar lo siguiente:
- Espera, ¿Eres un personaje de mi libro, Mr Hyde?
- No, ya veo que no me recuerdas, ¡TONTO!.
Un escalofrío subió por mi columna, invadió mis extremidades y sentí como se pretendían congelar los dedos, ¡ M A L D I C I Ó N !... - me queme con el cigarrillo -, solo le di 2 aspiradas, ¿Que fue lo que sucedió?. ¿Estaré delirando?, ¿Esquizofrenia?, ¿Psicosis?.
- Deja de torturarte con esos pensamientos mí buen amigo.
- ¿Donde estas?, ¿Quién eres, coño? - Por un momento casi me descarrilo de mí conciencia -.
- Ya veo, conque así son las cosas. Pues, te contare. . .
-¡SHH!, ¿Acaso no ves que corres a las personas al decir esto?
-¿De qué hablas Mr. Hyde?
- . . . ¡Pues, no digas cosas tan obvias!
- Con buen temple siempre, ¿No?
Bueno, el 13 de febrero de 1968, cundo caminaba por el parque a las 4 de la tarde un día viernes, recorría un sendero que llevaba a un pequeño estanque; tenia en mi mano un libro llamado "El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde". En mi camino reconozco el banco en que siempre me posaba en las tardes como esa.
Observando cada detalle, cada persona, cada ave que se posaba sobre el estanque.
- ¿Es hora de un cigarrillo? - Refunfuñe -. Creo que si... - Proseguí -.
Por mi bolsillo deslizo una mano para obtener mi cajetilla de cigarrillos, busco luego en mi chaqueta mi encendedor - Debí imaginar que debía pasar algo porque tosí al encenderlo uno de mis viejos cigarrillos preferidos -. Mira al fondo y me observa un hombre, no tan alto, no tan fornido... pero si un poco espigado - ¿¡QUÉ!? -; siento que me ven con una codicia profunda, como si me conocieran desde hace mucho y me desearan algún mal.
- ¿Quien sera este hombre?. A lo lejos es cucho un grito.
No entendí nada.
Camina hacia mi lentamente, parpadeo y no le encuentro con la mirada - ¿Quien seria? -, me congele por un segundo y aspire un poco mi cigarrillo.
- Hola. - Tosí otra vez al no ver a nadie que pronunciara estas palabras -.
- ¿Hola? - Conteste -. Pero sigo pensando que hubiera sido mejor que fuera aguardado algo de silencio.
- ¡POR FIN!, ¡AL FIN ME ESCUCHAS, AMIGO MÍO!
No sabia que estaba pasando, no comprendí enseguida... no comprendí nunca lo que paso.
- ¿Es que acaso no me recuerdas?
- ¿Donde estas, quien eres?
- Tu amigo, el Sr. Hyde.
Es imposible, pues no conozco a nadie con ese nombre - Esperen -. Me llene de confusión y algo de valor para preguntar lo siguiente:
- Espera, ¿Eres un personaje de mi libro, Mr Hyde?
- No, ya veo que no me recuerdas, ¡TONTO!.
Un escalofrío subió por mi columna, invadió mis extremidades y sentí como se pretendían congelar los dedos, ¡ M A L D I C I Ó N !... - me queme con el cigarrillo -, solo le di 2 aspiradas, ¿Que fue lo que sucedió?. ¿Estaré delirando?, ¿Esquizofrenia?, ¿Psicosis?.
- Deja de torturarte con esos pensamientos mí buen amigo.
- ¿Donde estas?, ¿Quién eres, coño? - Por un momento casi me descarrilo de mí conciencia -.
- Ya veo, conque así son las cosas. Pues, te contare. . .
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