Breve delirio, locura y amnesia ( Parte II )

  Al escuchar esas frases - O creer que escuche-. Otro escalofrió penetro mi ser... cavilando entre sudor y temblores me preparo para encender otro cigarrillo; no puedo pensar bien...

- Bueno, mi amigo. Todo comenzó hace 20 años, si, en verano. Aquella tarde cuando vimos. . .

- Espera, ¿Vimos? 

- ¿Me dejas continuar insolente? - Refunfuñamos-.

  Aquella tarde, no mientras paseábamos en bicicleta por la calle que esta bajando la cuesta y se llega directo al colegio; la brisa no acariciaba como damisela rescatada, como gato en busca de compañía. 

  Al llegar a la parte posterior del colegio se encontraba Tom, el bravucón que siempre se metía en líos por estúpido, golpeando a Niko, el chico bajo y con lentes que no compartía con nadie; vacilamos - Otra vez plural-. Y decidimos partir en su ayuda.

- No entiendo nada, ¿Que sucede? -Enciendo otro cigarrillo-. 

  Al ir contra Tom sus pequeños secuaces, los gemelos, nos atraparon -Sigue con su maldito plural-. Tom comenzó a correr hacia nosotros muy enojado -Al parecer su papá no era tan buen padre-. Casi con rabia divina amenazando, gritando y luego golpeando tu estomago mientra parte de mi surgía.  

- Espera otra vez ¿Surgías?, ¿Donde estabas?

- Sigues sin entenderlo ¿Verdad?... Soy parte de ti. 

  Mientras Tom nos golpeaba algo muy dentro ( Mr Hyde ), surgió de mi centro. Baje la cabeza, reí, levante poco a poco la mirada; una mirada enfurecida y siniestra... de esas que solo ves en tu más mórbidas pesadillas  y me saque de encima a los gemelos O'koner. Me miraron atónitos, no lograban percatar que era lo que pasaba - Nunca fuimos ni fuerte, ni atléticos-. Cogí a Tom por su camisa y grite ¡ACASO ES TODO LO QUE PUEDES HACER, PRINCESA! .

- Creo que empiezo a recordar vagamente.

- Claro, fui yo quien te permitió ver como se defienden los hombre de verdad, inútil. 

- No te enojes por algo como esto Mr Hyde, mi memoria no es lo que era antes.

  Tom lloro por alguna extraña razon - Cobarde-. Luego de golpear uno... por... uno a los gemelos, decidí darle caza a Tom. Busque en su barrio, en la tienda y hasta tuve la osadía de preguntar en su casa con un - ¿Señora, Tom esta aquí?... Que ridículo . . . Si después de lo que vino cuando al fin lo encontré. 

-  Espera, pero si el desapareció. . .

-  Ya lo estas pillando, niño. 

- ¿Que le hicimos?, ¿¡QUE LE HICISTE, INFELIZ!? 

-  Me dirás que no estuvieron alegres los demás chicos del pueblo...

- Oh, dios... ¿Qué hemos hecho?

  Tom estaba escondido cerca del estanque - Si, el que tanto te gusta... en el parque, el que miras ahora mismo-. 

- ¿¡QUÉ!?

- Si, fue fácil... más de lo que pensaron los policías. - Suspiro con una pequeña risa ahogada-.

  De nuestra manga sacamos  un fierro duro, oxidado... de los que tiene el padre de Tom en su cochera. Forcejeamos un poco, pero fue en vano, lo noquee y cayó muy rápido entre los arbustos... Delicia.

  Solo tuve que borrar su pequeña, misera y frustrada existencia con solo 3 golpes en su espantoso cráneo.

- Oh no... creo que voy a vomit. . . . .

- Tan "Sensible" y "Puro" como siempre ¿Eh?

Se termino mi cigarrillo de nuevo -¿Qué sucede con estos malditos cigarrillos?-. 

- Idiota -replico Mr Hyde-. Los estoy fumando yo.

  Continuo, luego fui a casa del pequeño Niko... que afortunadamente para mi, para nosotros - tose-. Su padre era carnicero. Le explique todo a Niko, le dije que su tormento su había acabado, que no preguntara que sucedió porque tampoco iba a obtener respuesta alguna. No supo si llorar, asustarse o reír - Pobre, esta peor que nosotros-. 

- No me digas que...

- Si. - mascullo-. Fuero unos cuantos trozos blandos que fueron comidos por los pájaros.

  Cuando observamos que no pudimos hacer mas con el cuchillo, utilizamos la sierra de tu padre que luego lavamos muy bien.   

- Espera, tengo algún recuerdo de eso.

- Si, comenzaste a llorar mientras te tenia encerrado, por ver tanta sangre y decidí hacerte un pequeño corte para disimular. 

- ¡Maldito bastardo!

  Para terminar solo use 4 hojas para la sierra que me encargue de ocultar muy, muy bien. No quedaba nada... casi nada; maldito charco de sangre. Cuidadosamente lo lave extremadamente lento para que el lago no se tornara rojo.

- Fin, ¿Qué te parece mi nacimiento?. Apenas nacido pude hacer maravillosas cosas.

- ¡ERES UN MALDITO BASTARDO! -grite con todas mis fuerzas algo que nadie iba a poder escuchar, jamas-.

- JA JA JA JA JA, espera, se que has pensado mucho algo que esta a punto de salir de tu boca.

- . . . ¿Por qué volviste? -Hubo un silencio aturdidor-.

- Para divertirme; la única forma de hacerlo y que no me encierres... ya la sabes.

- Espera, ¿Que?... No, no tengo idea.

- Magnifico.

- No, no lo hag. . . . . . . . . . . . . . . . . . .