Sendero de venganza

  La ira me hace sucumbir en una cólera inigualable, perdido en una mente en blanco que solo me hace batallar. No puedo más, esta frustración carcome mí ser, mí alma....

Caigo al suelo de fatiga por tan ardua batalla; lagrimas brotan de mis ojos al saber que no fui capas de adelantarme a los echo que tanta rabia me causaron.

- Imposible, ¿Eres tu, querida?  

- No me dejes ir. . . - se desvaneció su imagen en mi mente-.

  Camino por el sendero ardiente del pecado, lujuria y sangre... mucha sangre. Me pregunto si es posible recuperar lo perdido y vivir de nuevo en el pasado, hundido en tu pecho, en tus labios, en tus brazos, unido a ti.

   Es imposible, otra batalla... Procurare no desfallecer, continuo, blando mi espada y ¡EL HORROR!. Atravieso carne tibia y de ella brota espeso rubí; puedo aun continuar... se lo merecían; voy por ti ,padre. 

  Subo escalones interminable, diera la impresión de que fueran infinitos.

- ¿Estas hay?, ¿¡SAL COBARDE!? - Lo invito-.

  El cielo se torna gris, un gris tan oscuro como el alma de Hades, caen centellas y relámpagos   -Estas aquí de nuevo, padre.

   Batalla feroz vista desde los cielos, sangre, sudor, dolor... placer. Mi puño carcomido por el calor intenso de la batalla, bañado en gracia divina justificada por venganza.

  Termino, desfallezco... Lo que alguna vez me trajo aquí ya no vale pues he cumplido mi cometido. 

- ¿Qué haces, espíritu de la doncella esmeralda?, ¿Acaso no estabas de mi parte?

  Después de abrid tu obsequio se desato el mismo infierno delante de mi, cada pradera, montaña, selva... colapsa en columnas de fuego y desesperación - ¿Qué puedo haces?.

   Con tanta lastima no rompo eso que tanto me ayudo a lograr mi cometido. Solo chispas y fragmentos quedan a mis pies -¿Soy el unico?-. Lo siento mi querida dama, he sido engallado por un espíritu ruin.

- Adiós.

  Me despido, no puedo más, no hay más... pronto nos veremos querida. En tus brazos descansare junto a nuestra pequeña.

- Hasta pronto...